La ciguatera es la intoxicación alimentaria más importante por biotoxinas marinas en cuanto al número de personas afectadas en todo el mundo.
Se produce por el consumo de pescado contaminado con dichas toxinas y afecta a decenas de miles de personas cada año en regiones tropicales del Caribe y Pacífico. Desde hace una década se han confirmado casos en Canarias, siendo los primeros brotes de ciguatera por consumo de peces capturados en aguas europeas.
El origen de las toxinas está en algas microscópicas que crecen sobre fondos rocosos u otras algas, y que al ser ingeridas por peces de pequeño tamaño o invertebrados se acumulan en la cadena alimentaria llegando hasta peces carnívoros de gran tamaño.
Los peces contaminados no suelen mostrar alteraciones de aspecto o sabor, por lo que su consumo (sin control previo por parte de las autoridades sanitarias) puede ocasionar el síndrome de ciguatera. Esta se caracteriza por alteraciones neurológicas (dolor y malestar general) de diversa gravedad prolongadas durante días, meses e incluso años, provocando ocasionalmente la muerte en caso de intoxicación aguda. Dado que el riesgo se encuentra sobre todo en los peces de mayor edad y tamaño existe una tabla de pesos máximos y especies peligrosas cuya venta directa en Canarias está prohibida y sujeta a control sanitario previo, para la detección de posibles toxinas.
La ciguatera nada tiene que ver con el Anisakis u otros parásitos marinos. Se trata de un síndrome neurotóxico debido a biotoxinas producidas de forma natural por microalgas y que llegan a nosotros por bioacumulación en peces. Las microalgas que las producen se llaman Gambierdiscus (su nombre combina el hecho de que las descubrieron en las islas “Gambier” y que son aplanadas, con forma de “disco”).
Una publicación reciente del grupo de fitoplancton tóxico del IEO de Vigo (Bravo y col. 2019) resume los resultados de los muestreos en La Gomera y La Palma, completando así los datos publicados por el mismo grupo en el resto de islas del archipiélago.
La importancia de conocer qué especies hay, el tamaño de su población y su distribución en las islas es fundamental para predecir posibles tendencias en el futuro de la ciguatera en Canarias ¿aumentará o disminuirá el riesgo con el tiempo?), detectar zonas de mayor riesgo que deban vigilarse con especial cuidado por parte del sector implicado en la pesca y comercialización de los recursos, etc.
Además, cada especie de microalgas posee distintos tipos y abundancia de toxinas, con lo cual es importante saber qué especies dominan en Canarias ¿y dónde?, para relacionar esa información con los registros de intoxicaciones por consumo de pescado en cada isla.
Los trabajos que como este de Bravo y col. (2019) ha realizado en la última década el IEO de Vigo, son pioneros sobre el estudio de la ciguatera en España e indican una gran variedad de especies de microalgas tóxicas en Canarias. Este hecho hace sospechar que no estamos ante una introducción reciente. La detección de ciguatera en Canarias desde hace una década podría estar relacionada con cambios ambientales relacionados con el calentamiento global, que favorece al crecimiento de estas microalgas típicas de regiones tropicales y subtropicales, entre otros posibles factores.
Para ampliar información sobre dichos estudios y los proyectos en curso pueden visitar la web ciguateravgo.es
Referencia: Bravo I., Rodríguez F., Ramilo I., Rial P., Fraga S. Ciguatera-Causing Dinoflagellate Gambierdiscus spp. (Dinophyceae) in a Subtropical Region of North Atlantic Ocean (Canary Islands): Morphological Characterization and Biogeography. Toxins 11:423 (2019).